Muchos marines de los mandarines: China avanza en la disputa con Estados Unidos

En cinco días, los mandarines al mando del socialimperialismo chino encadenaron la 25ª cumbre de la Organización de Cooperación de Shanghái (OCS), numerosas reuniones bilaterales de alto impacto diplomático y un formidable desfile militar en la Plaza de Tiananmén por la conmemoración de los 80 años de la victoria sobre Japón. Avanza, a paso acelerado, como el principal imperialismo que disputa a nivel global la hegemonía de los Estados Unidos. Realizó una demostración de poder con el afianzamiento de sus alianzas geopolíticas, de su peso económico‑financiero y su creciente poderío militar.

Cumbre de la Organización de Cooperación de Shanghái en Tianjin

En la cumbre de la OCS celebrada los días 31 de agosto y 1 de septiembre en Tianjin, los jefes de Estado participantes aprobaron una Declaración y una Estrategia de Desarrollo hasta 2035, con llamado a un orden multipolar más “justo, equitativo y representativo”, a reformas que “den mayor voz al mundo en desarrollo”, a rechazar “sanciones arancelarias unilaterales” yanquis por ser contrarias al derecho internacional y a la OMC y a favorecer liquidaciones en monedas locales.

El texto manifestó, además, “preocupación por los conflictos en curso” —incluida la necesidad de un alto el fuego en Gaza— y “condenó los ataques estadounidenses e israelíes sobre Irán”. En la declaración final, se reafirmó “un rumbo a 10 años para afianzar la multipolaridad y profundizar la cooperación integral en términos políticos, de seguridad, económicos, y de ciencia, técnica y educación”.

Foto oficial de los líderes participantes de la cumbre de la OCS

Xi Jinping presentó un paquete con montos y herramientas: 2.000 millones de yuanes en ayudas para 2025 y 10.000 millones en préstamos a tres años para el Consorcio Interbancario de la OCS; impulso a la aceleración de un banco de desarrollo del bloque que opere en yuanes; una plataforma de cooperación energética; y la apertura de BeiDou como servicio satelital alternativo al GPS para los miembros.

China reforzó en la OCS una alianza política y económica con países indo-asiáticos como Rusia, Irán, Pakistán, Malasia, Camboya, Myanmar, Indonesia y Laos con la que logra, al menos, contrapesar el cerco pro estadounidense en la región, formado por Corea del Sur, Japón, Australia, Filipinas, Tailandia y Singapur. De la cumbre participaron también países como India, Turquía y Vietnam que ”pivotean” convenientemente en la disputa interimperialista, principalmente entre Estados Unidos y China.

Xi Jinping, Vladimir Putin y Kim Jong-Un.

La reivindicación del “multipolarismo” como la respuesta a la política imperialista de la principal superpotencia a nivel global, Estados Unidos, es crecientemente utilizada por China y Rusia, como se ve en la reciente declaración de la OCS. Pretenden enmascarar sus esencias imperialistas y su política de intentar subordinar las luchas soberanistas de los pueblos para avanzar en la disputa con los yanquis por el control de recursos y zonas estratégicas en países dependientes, coloniales y semicoloniales.

También se ha transformado en un eufemismo de quienes identifican -con absoluta razón- la política yanqui como principal enemiga del desarrollo de los pueblos oprimidos del mundo y, acto seguido, reivindican al eje China-Rusia como su contraparte, especialmente ante la ausencia actual de procesos avanzados de liberación nacional antiimperialista.

¿Qué es la OCS?

La OCS fue fundada el 15 de junio de 2001 por China, Rusia, Kazajistán, Kirguistán, Tayikistán y Uzbekistán como heredera del “Grupo de los Cinco de Shanghái”. Desde su creación, se amplió con India y Pakistán (2017), Irán (2023) y Bielorrusia (2024) como miembros plenos. Laos fue admitido en la reciente cumbre como socio de diálogo, carácter que comparten, entre otros, Arabia Saudita, Azerbaiyán, Catar, Camboya, Egipto y Turquía. Los socios observadores incluyen a Mongolia y Afganistán.

La OCS surgió con foco en seguridad regional y cooperación en Asia Central y Eurasia y, en los hechos, opera como contrapeso a la OTAN y a Estados Unidos en esa geografía. Por escala, es una de las organizaciones regionales más grandes del mundo: cubre aproximadamente el 80% del territorio de Eurasia, reúne en torno al 40% de la población mundial y su PBI combinado ronda el 23% del producto global.

El 3 de septiembre, en Beijing, los jefes del socialimperialismo chino utilizaron el desfile por el 80.º aniversario de la victoria de China sobre Japón para exhibir el proceso de modernización del Ejército Popular de Liberación. Xi afirmó que “la revitalización de la nación china es imparable” y que “la humanidad vuelve a enfrentar la elección entre paz o guerra, diálogo o confrontación”.

Desfile militar

Los actuales mandarines chinos encabezados por Xi, herederos de “la reforma y apertura” Deng Xiaoping, usan el prestigio y los fenomenales avances nacionales y sociales de la guerra revolucionaria y el triunfo maoísta de 1949 para fortalecerse políticamente, tanto en lo interno como lo externo.

Misil intercontinental DongFeng-5C

En el desfile, las Fuerzas Armadas chinas mostraron su capacidad de guerra multidominio con caza-bombarderos, drones aéreos y acuáticos, blindados, artillería, submarinos no tripulados, instrumentos de guerra satelital y electrónica, y del arsenal de misiles intercontinentales de última generación DongFeng-5C, que cuentan con “alcance global”.

Desfile militar.

En ese marco y rodeado de numerosos jefes de Estado, Xi Jinping se mostró especialmente con dos aliados que tienen “el botón rojo” del armamento nuclear: el presidente ruso Vladimir Putin y el líder supremo norcoreano Kim Jong-Un. Fue la primera vez que se mostraron los tres juntos, en una histórica foto que representó un desafiante mensaje a Washington.

Estuvieron también el presidente de Bielorrusia, Alexander Lukashenko; el iraní Masoud Pezeshkian; el primer ministro de Pakistán, Shehbaz Sharif y el jefe de Estado de Cuba Miguel Díaz-Canel, entre otros.

Cumbres bilaterales

Tras la cumbre de la OCS y previo al desfile, Xi Jinping y Vladimir Putin mantuvieron una reunión bilateral en Beijing. Al terminar el presidente ruso dijo que “la comunicación estrecha refleja la naturaleza estratégica de las relaciones ruso-chinas, que actualmente están en un nivel sin precedentes” y que “siempre estuvimos juntos antes y permanecemos juntos ahora”.

Por su parte, Xi afirmó que “la relación entre ambos países ha resistido la prueba de los cambios internacionales” y aseguró que su país está dispuesto a colaborar con Moscú para “promover la construcción de un sistema de gobernanza global más justo y razonable”.

Vladimir Putin y Xi Jinping, luego de la reunión bilateral.

Hay que tener en cuenta que China no ha condenado la invasión rusa a Ucrania ni ha pedido el retiro de sus tropas. Si bien sostiene una posición de “neutralidad” y pide periódicamente el fin de los combates, responsabiliza a los países occidentales de prolongar el conflicto al apoyar a Kiev.

La participación del presidente indio Narendra Modi en la cumbre de la OCS fue particularmente relevante, dado el peso de India a nivel regional y global y, especialmente, por su pendular política diplomática entre Estados Unidos, Rusia y China. India viene de tener serios incidentes con China en 2020 y con Pakistán este año. Luego de la cumbre, mantuvo reuniones bilaterales con Xi y Putin.

Narendra Modi y Xi Jinping, luego de la reunión bilateral.

Con China, India acordó en avanzar en restablecer el vínculo diplomático y comercial pleno, al tiempo que afirmaron la intención de ser “socios y no rivales”, estabilizar la frontera del Himalaya y reducir el déficit comercial indio. En el intercambio con Putin, los indios y rusos ratificaron la asociación “especial y privilegiada”, la cooperación en energía, fertilizantes, espacio, seguridad y cultura, y compartieron guiños políticos en medio del aumento de aranceles por parte de EE. UU. a India por la compra de petróleo ruso.

La prepotencia trumpista

“Que el presidente Xi y el maravilloso pueblo chino tengan un gran y duradero día de celebración. Les pido que transmitan mis más cálidos saludos a Vladimir Putin y Kim Jong‑Un, mientras conspiran contra Estados Unidos de América”, escribió en sus redes sociales el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, desde el otro polo del tablero imperialista mundial.

Agregó que hablará por teléfono con Putin en los próximos días y, en tono amenazante, afirmó: “No tengo ningún mensaje particular para el presidente ruso. Él sabe cuál es mi postura y tomará una decisión. Estaremos contentos o no. Si estamos descontentos, verán que sucederán cosas”.

Posteo de Donald Trump

Se acelera la disputa

Lo que China montó en la cumbre y los días posteriores tiene un sentido de andamiaje ante el crecimiento de la disputa con Estados Unidos. La OCS ofrece alianzas claves alrededor del océano indo-pacífico, acuerdos comerciales y financiamiento. Y el desfile agrega poder de disuasión y una asociación (con síntomas de creciente subordinación) político-militar que, llegado el caso, defienda el ascenso imperial con Moscú, Teherán y Pyongyang, entre otros, con una capacidad de daño que alerta a Washington.

Habrá que ver el alcance de todo lo acordado y su concreción material. Pero es muy probable que China haya avanzado en estos 5 días en un aumento significativo en las alianzas geopolíticas, los acuerdos económico-financieros y capacidad militar, de cara a un mundo cada vez más cerca de una bipolaridad.

Xi Jinping pasando revista en el desfile militar.

1 comentario en “Muchos marines de los mandarines: China avanza en la disputa con Estados Unidos”

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